martes, 3 de octubre de 2006

Etapa 18 - Hospital de Órbigo - Astorga

Fue una etapa muy corta, pero no fue nada fácil porque tuve que despedirme de Apolonio y el resto del grupo que, malamente, en mi modesta opinión, influenciados por él, decidieron seguir caminando en una obsesión por hacer kilómetros sin mirar más que al horizonte. Así que tomé la decisión de quedarme solo en Astorga mientras ellos seguían. Solo fui al camino y solo nunca me dejó aunque tuviese que despedirme de ellos.


Así pues, comí con ellos y pasé toda la tarde viendo Astorga, que ya es bonito desde que se ve antes de entrar. El palacio de Gaudí es muy bonito, de hecho es una pasada visitarlo por dentro, que está el museo de los Caminos. Las vidrieras son muy bonitas, y sobre todo su estructura, es impresionante.



La catedral, como todas la que he visto hasta ahora, destacaba mucho por su gran porte ante una ciudad baja. En concreto ésta sorprendía por la naturalidad de su retablo, con figuras en tres dimensiones que salían fuera del retablo, realmente impresionante.


Después visité el museo romano, con un montón de lápidas sorprendentemente bien conservadas, y un montón de pequeñas piezas muy impresionantes para tener dos mil años de vida.

Y para acabar, el museo del chocolate. Resulta que en Astorga se establecieron las primeras fábricas comerciales de chocolate y hay un museo con un mogollón de piezas de fabricación, maquinaria, anuncios publicitarios y otro tipo de cosas. Muy divertido e interesante.

En ninguno de estos sitios me hicieron descuento por ser peregrino, pero aún así mereció la pena pagar la entrada, pues ya que me recorro España entera de lado a lado, qué menos que visitar los sitios culturales.

Me alojé en el albergue San Javier, ya que llegué pronto a la ciudad y pillé sitio en el que era el mejor y más céntrico. Una pasada de albergue, todo nuevo y limpio, y lo mejor era un improvisado sofá con mantas en el suelo a la orilla de la chimenea, me quedé ahí calentito toda la noche mientras afuera llovía en las calles de Astorga.


Sólo salí para cenar en el restaurante Gaudí, tanto lujo me desbordó por completo después de tanto tiempo de sitios baratos. El albergue tenía un acuerdo con el restaurante y tras ver el sello en mi credencial me pusieron un menú por 10€. Unas setas al ajillo deliciosas de primero y un bistec con patatas y pimientos de segundo, todo regado con una botella deliciosa de vino tinto de El Bierzo. Desbordante...

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