jueves, 5 de octubre de 2006

Etapa 20 - El Acebo - Ponferrada

Hoy tocaba visita turística a Ponferrada y etapa corta. Hice toda la etapa con Emmanuel y Arianna, que son muy agradables los dos. Emmanuel no es un francés más, él ha vivido bastante tiempo en Portugal y habla muy bien español, además de vivir en el País Vasco francés y de hecho justo en la frontera con España (Bayona), y es una persona mucho más sociable y simpática que el resto de franceses que he conocido. Arianna es una chica italiana muy simpática, pero en el fondo es como el resto de chicas italianas que he conocido: agradable y atractiva. La verdad es que pasar el día anterior con ellos y toda la etapa de ese día fue genial. Me despedí de ellos en Ponferrada, después de tomar una Coca Cola, pues ellos no iban a quedarse, querían seguir y yo quería ver la ciudad.





Ciudad por cierto preciosa, no esperaba que Ponferrada fuese así. Es una ciudad muy joven, la parte histórica es muy bonita, y la parte nueva donde está el centro urbano es un conjunto de calles comerciales que nada tienen que envidiarle a las zonas céntricas de las grandes ciudades.


Visité todo lo que el buen turista no debe dejar de visitar; la torre del reloj, que es muy bonita, la plaza del ayuntamiento, el museo de El Bierzo, con un par de interesantes exposiciones sobre la prehistoria de El Bierzo, el museo de la radio, con unas piezas antiguas increíbles, y el castillo, que está ahora mismo en obras.


En todos los sitios había descuento a 1,25€ por carné joven o por ser estudiante, y además no había problemas para hacer fotos sin flash. La amabilidad y las buenas formas de la gente de El Bierzo se hacía ver.

El museo de El Bierzo es muy interesante, no sabía que esta comarca fuese tan importante y tuviese tanta historia como tiene. De hecho fue una provincia independiente de León durante dos años en el siglo XIX, y ciertamente sus características tienen muy poco que ver con el resto de León, parece que quisiera hacernos a los peregrinos la entrada a Galicia un poco menos brusca.


El museo de la radio es muy elegante, requiere mucho tiempo para verlo bien, porque hay mucho que escuchar, pero aún así tiene piezas muy interesantes. Además es muy buena idea el separar la parte dedicada a Luís del Olmo del resto del museo.


El castillo de los Templarios es otro rollo, merece la pena darse un paseo por dentro, pero más va a merecerla cuando estén terminadas las obras, no sé si realmente ese castillo estuvo techado en sus orígenes, pero sea como sea queda muy bien, es una alegría que se invierta nuestro dinero en rehabilitar bienes culturales como éste, y en el fondo el castillo templario es uno de los que más modificaciones ha sufrido en toda su historia, si queda bien tampoco va a ser mucho problema.




Después de todo este paseo, cené en el hotel Bierzo Plaza, donde me encontré a Paco, un señor de unos 70 años que nos pidió un cigarrillo cuando estábamos cenando en El Acebo el día anterior y que reconoció de inmediato mi acento madrileño. También me le encontré en el museo de El Bierzo el mismo día, me pareció una persona agradable y al encontrármelo en el restaurante con las intenciones mías de cenar pedimos una mesa para dos. Me encontré con una persona especial, con muchísima personalidad que ya destaca sobre los demás cuando le miras a los ojos. Como él mismo dice, es una persona con suerte, con la suerte de tener todo lo que ha querido tener en esta vida con todo el esfuerzo de haber luchado por todo lo que tiene y sin que nadie le haya regalado nada, pero con la suerte de tenerlo todo. Me dijo que era agnóstico, que no tenía la suerte o la desgracia de tener fe, porque eso es algo que se tiene o no, pero que no se puede culpar al que no la tiene por no tenerla. Aún siendo agnóstico hacía el camino porque siempre había querido hacerlo, porque un flujo tan grande de personas por el mismo sitio, durante tantos siglos, había dejado mucha energía en el camino que después tú mismo usabas, cogías y dejabas después. Él creía en la gente, en el ser humano, y me recordó a mí mismo hacía algunos años cuando no tenía ni el poquito de fe que puede ser que tenga ahora mismo.

1 comentario:

Luis Fernando dijo...

Que interesante que te hayas encontrado con un agnostico agraciado por la vida haciendo el camino, seguro que fue una de las personas mas intrigantes que conociste en el camino